Ciencia y origen del Espato de Islandia
El Espato de Islandia, también conocida como “Calcita Clara” o “Calcita Óptica”, es una variedad de Calcita que se encontró originalmente en Islandia. Este mineral es de doble refracción, lo que significa que los objetos que aparecen a través de él se verán como si estuvieran en dos lugares a la vez. Esta variedad de calcita suele ser completamente transparente y tiene un sinfín de inclusiones de arco iris en su interior. La Espato de Islandia fue reportado por primera vez en 1837 por J.D. Dana, pero su historia data mucho antes de entonces. Se cree que los vikingos usaron este mineral como navegante debido a su capacidad de polarización de la luz, lo que les permite siempre poder encontrar el sol sin importar el clima. Los historiadores creen que la “piedra solar” a la que se ha hecho referencia comúnmente en los textos islandeses medievales es en realidad Espato de Islandia. Otra evidencia de esto es el naufragio de 1592 “Alderney”, que se ha encontrado con un Espato de Islandia en su contenido enterrado.
Otro estudio histórico en el que el Espato de Islandia participó fue la comprensión de la naturaleza como luz como una ola. Esto fue estudiado extensamente por Christiaan Huygens, Isaac Newton y Sir George Stokes. Un hombre llamado Augustin-Jean Fresnel publicó la explicación completa del efecto de polarización de la luz del Espato de Islandia en la década de 1820.
William Nicol también usó el mástil de Islandia cuando inventó el primer prisma polarizador en 1828, llamado el Prisma de Nicol. Se trataba de un trozo de Espato de Islandia cortado en un ángulo de 68 grados. Los prismas de Nicol fueron una vez ampliamente utilizados en microscopía y polarimetría.
Aunque el Espato de Islandia se encontró por primera vez en Islandia, también se puede encontrar en otras regiones del mundo. Esta piedra se encuentra normalmente dentro de otras minas de calcita y aragonita en México, suroeste de los Estados Unidos.
Significado y energía
El Espato de Islandia es muy similar al cuarzo no solo en su apariencia física, sino también en sus propiedades. Ambos ofrecen claridad, perspicacia, manifestación, mejora, poder y programación de intención. Es una piedra para encontrar soluciones, ya que ayudará a buscar la raíz del problema y eliminarla. El Espato de Islandia también es una piedra de meditación perfecta debido a su capacidad para realinear nuestros chakras y limpiar el aura. Durante la meditación, las frecuencias más altas que pulsan Islandia van directamente a nuestros chakras superiores y mejoran las capacidades mentales y la conciencia de uno. Las habilidades psíquicas se desbloquean cuando trabajas con esta piedra, y te empuja a ser la versión más alta de ti mismo. La visión interna sobre las soluciones a sus problemas personales son muy comunes, así como la mayor claridad de la mente. Para cualquiera que busque activar y fortalecer completamente el tercer ojo durante la meditación, uno debe colocar un pedazo de Espato de Islandia en su tercer ojo, y un pedazo de fenacita en su corona (parte superior de la cabeza). La fenacita abre y desbloquea nuestro chakra de la corona como el de un portal, permitiendo que las vibraciones y el conocimiento superiores se desvíen hacia la mente de los usuarios. El Espato de Islandia en su tercer ojo ayudará a comprender este conocimiento superior y cómo implementar estas nuevas ideas en su vida. Ambas piedras juntas ofrecen un efecto “transformador” y te empujarán a un estado dichoso de felicidad y paz interior.
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